Salmos 40
Sagradas Escrituras (1569)
1Al Vencedor: Salmo de David. Pacientemente esperé al SEÑOR, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.

2Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; y puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.

3Y puso en mi boca canción nueva, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, y esperarán en el SEÑOR.

4Bienaventurado el varón que puso al SEÑOR por su confianza, y no miró a los soberbios, ni a los que declinan a la mentira.

5Aumentado has tú, oh SEÑOR Dios mío, tus maravillas; y tus pensamientos para con nosotros, no te los podremos contar, anunciar, ni hablar; no pueden ser narrados.

6Sacrificio y presente no te agrada; me has labrado oídos; holocausto y expiación no has demandado.

7Entonces dije: He aquí, vengo; en el envoltorio del libro está escrito de mí:

8El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado; y tu ley está en medio de mis entrañas.

9He anunciado justicia en grande congregación; he aquí, no detuve mis labios, SEÑOR, tú lo sabes.

10No encubrí tu justicia en medio de mi corazón; tu verdad y tu salud he declarado; no negué tu misericordia y tu verdad en grande ayuntamiento.

11Tú, SEÑOR, no detengas de mí tus misericordias; tu misericordia y tu verdad me guarden siempre.

12Porque me han cercado males hasta no haber cuanto; me han asido mis maldades, y no puedo ver; se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza, y mi corazón me falla.

13Quieras, oh SEÑOR, librarme; SEÑOR, apresúrate a socorrerme.

14Sean avergonzados y confusos a una los que buscan mi vida para cortarla; vuelvan atrás y avergüéncense los que mi mal desean.

15Sean asolados en pago de su afrenta los que me dicen: ¡Ea, ea!

16Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan; y digan siempre los que aman tu salud: el SEÑOR sea ensalzado.

17Cuando yo estoy pobre y menesteroso, el SEÑOR pensará en mí. Mi ayuda y mi libertador eres tú; Dios mío, no te tardes.

Sagradas Escrituras (1569)

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Psalm 39
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